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En los últimos meses hemos estado recibiendo noticias del mundo tecnológico que se relacionan con una nueva palabra de origen inglés, wearable tech.
Como sucede con otras tantas palabras de origen inglés, la misma no tiene una traducción directa, sino que transfiere una idea y en este caso se trata de algo similar a lo que trasmite la palabra de origen español: ropa tecnológica, aunque como veremos en el desarrollo del contenido no se trata exclusivamente de “ropa” desde la traducción literal sino que a nuestro entender serían dispositivos que se integran al cuerpo humano.
Pero, salvado este pequeño comentario sobre la palabra wearable tech que cada vez con mayor intensidad ocupa los titulares de las noticias tecnológicas, la tendencia que se soporta en una cantidad de productos nuevos comienza a interesar a las grandes empresas, como Intel, Google, Facebook, Sony, para nombrar sólo algunas de ellas.
El punto donde quedó expresado con su máxima potencia esta nueva tendencia mundial, ha sido la última CES 2014 realizada en Las Vegas, donde se expusieron una cantidad de prototipos de dispositivos que se alinean y permiten visualizar que toda la industria tecnológica invertirá en este mercado buscando encontrar productos que le permitan mantener el crecimiento que se viene logrando.
En principio, la tendencia wearable tech, se centraliza en mantener una interacción con los exitosos smartphones, tabletas y otros dispositivos consolidados en la vida diaria de los usuarios; pero el mediano y largo plazo se visualiza como una intervención más profunda en la asociación con el cuerpo humano.
Esto último se sostiene en indicadores que se presentan en los guiones de los últimos guiones que aparecen en la industria cinematográfica y televisiva como es el caso de la película Elyseum y recientemente la serie televisiva de la cadena ABC, llamada Inteligence, que suelen ser un reflejo de lo que la sociedad siente. En estos dos ejemplos, existen varios más, la incorporación de chips procesadores a los cerebros humanos, como forma de integrar el mismo a la red de Internet, se constituyen en un elemento clave.
El futuro de la incorporación de la tecnología para interactuar con el organismo humano, proporcionando información en tiempo real que potencia a la capacidad natural del mismo, resulta todo otro campo que por supuesto supera con creces la tendencia del wearable tech y entra en un campo más cibernético donde se produce una implantación más invasiva de componentes tecnológicos.
Si bien en Las Vegas los productos presentados proporcionaban funciones en el campo del seguimiento, la notificación y lentes inteligentes, la evolución de la realidad virtual demostrada por el proyecto Dragon de Sony y el Oculus Rift recientemente adquirido por Facebook, también hace pensar que la tendencia del wearable tech evoluciona hacia universos mayores aún desconocidos.
La tecnología invade no sólo el medio ambiente sino también el organismo humano con horizontes que todavía no se visualizan con claridad pero que ya comienzan a ser más posibles las generaciones cyborgs, donde el funcionamiento mixto de lo natural y lo electrónico se conjugan para lograr una nueva especie humana.
